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Alergias e intolerancias

Alergias

Las alergias se producen por una respuesta exagerada y rápida del sistema inmunológico de defensa cuando el cuerpo entra en contacto con algunas sustancias. A esas sustancias capaces de provocar esta respuesta se les llama genéricamente alérgenos.

Nuestro cuerpo dispone de un sistema de defensa ante las agresiones integrado por numerosos elementos, entre ellos unas células de la sangre que se llaman linfocitos, que tienen dos funciones básicas:

  • Por un lado se encargan de vigilar si en el cuerpo entran microorganismos o parásitos e intentan destruirlos. Cuando no son capaces de destruirlos aparecen las infecciones (bacterianas o víricas) o infestaciones (parasitosis).
  • Por otro lado, son capaces de detectar sustancias que nos pueden hacer daño (antígenos) y fabrican anticuerpos, unas proteínas que se unen a los antígenos y se forman complejos antígeno-anticuerpo que neutraliza al antígeno y facilita su destrucción.

En algunas personas el complejo antígeno-anticuerpo constituye en sí mismo una nueva sustancia que es muy agresiva y provoca en el cuerpo una reacción inflamatoria aguda a la que llamamos alergia (en ese caso al antígeno también le llamamos alérgeno). Las reacciones alérgicas pueden ser leves o graves; incluso pueden provocar la muerte, como sucede en algunas alergias a la picadura de abeja.

Los alimentos pueden contener sustancias antigénicas con alta capacidad para inducir alergias (alérgenos) y hay mucha gente sensible a estas sustancias. Por esta razón, la Unión Europea ha publicado una directiva en la que se obliga a los establecimientos de restauración y hostelería a publicar una lista de los alérgenos presentes en los alimentos que venden.

En la siguiente imagen vemos los 14 grupos de alimentos con alérgenos.

Intolerancias

Las intolerancias alimentarias son un conjunto de procesos caracterizados por la aparición de manifestaciones digestivas como consecuencia de una reacción anómala del cuerpo al alimento, y que se pueden deber a:

  • Una digestión incompleta de algún alimento
  • Una alteración de la flora bacteriana intestinal
  • Una alteración en la absorción de los alimentos.

Los mecanismos por los que se produce la intolerancia depende del nutriente que la provoca. 

Aunque hay muchos tipos de intolerancias alimentarias vamos a centrarnos aquí en dos de ellas:

Intolerancia al gluten (enfermedad celíaca): Cada vez más frecuente, se produce por el desarrollo de anticuerpos frente al gluten, una proteína presente en los cereales.

Las personas intolerantes al gluten desarrollan una reacción inflamatoria intestinal por los complejos antígeno-anticuerpo, que se manifiesta con vómitos, diarrea, déficit nutricional, pérdida de peso, cansancio...

Estas personas deben consumir alimentos libres de gluten.

Intolerancia a la lactosa: La lactosa es un azúcar presente sobre todo en la leche y derivados, que a su vez está formada por otros dos azúcares, la glucosa y la galactosa. Los humanos no podemos absorber directamente la lactosa, por eso tenemos en nuestro intestino una enzima, llamada lactasa, que rompe la lactosa en sus dos azúcares componentes. Cuando la glucosa y la galactosa están separadas sí que podemos absorberlas.

Las personas intolerantes a la lactosa no tienen la enzima lactasa y no pueden digerir ni la glucosa ni la galactosa. La lactosa acaba provocando un cuadro inflamatorio intestinal con distensión (hinchazón), dolor abdominal en forma de cólicos, acúmulo de gases, flatulencia, náuseas y vómitos.